En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, el reciclaje del PVC se erige como una pieza fundamental en la lucha contra el cambio climático. El Día Internacional frente al Cambio Climático es una oportunidad perfecta para reflexionar sobre cómo nuestras acciones cotidianas pueden marcar la diferencia.
En este artículo, exploraremos la contribución del reciclaje del PVC al medio ambiente.
Las ventanas de PVC permiten ahorrar energía, lo que a su vez contribuye a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), sin embargo los beneficios medioambientales de las ventanas de PVC no terminan ahí, ya que, una vez que finaliza su vida útil, estas pueden ser recicladas y reincorporadas al proceso de producción.
El cloruro de polivinilo, conocido como PVC, es un material ampliamente utilizado en la industria de la construcción debido a su durabilidad y versatilidad. Sin embargo, la producción de PVC convencional puede tener un impacto ambiental negativo debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Es aquí donde entra en juego el reciclaje del PVC.
Después de cumplir su ciclo de vida útil, el PVC se somete a un proceso de recolección selectiva de residuos plásticos. Estos materiales recolectados posteriormente se reciclan, brindando una segunda oportunidad tanto en entornos domésticos como en aplicaciones industriales. Por eso, se puede afirmar que el PVC es un material 100% reciclable.
¿Cómo es el Proceso de Reciclaje de Ventanas de PVC y su Impacto en el Cambio Climático?
El proceso de reciclaje del PVC consta de varias fases:
Fase de recogida
En esta fase los materiales, tanto retales de perfiles en proceso de fabricación como las ventanas que provienen de procesos de rehabilitación o demolición de edificios o viviendas, son recogidos y trasladados a las fábricas para su reciclaje
Fase de trituración
Los materiales recogidos se procesan en molinos, donde son triturados los distintos materiales que componen una ventana: vidrio, juntas, PVC y herrajes, etc., para favorecer su posterior separación.
Fase de separación
A continuación, se someten a una secuencia de fases de imantación y de tamices para proceder a la separación de las distintas fracciones. Por un lado, están los materiales ferrosos, y por otro el PVC con las juntas y el vidrio. Los metales magnéticos se separan primero y a continuación los metales restantes. Un sistema de separación intensivo posterior divide el PVC blanco del de color.
Fase de granulación
Mediante una tecnología especializada de alta especificación se procede a granular el PVC con un nivel de pureza máxima. El material obtenido puede alimentar directamente la tolva de las extrusoras de los nuevos perfiles a fabricar sin realizar ningún otro proceso previo como calentar, secar, o cristalizar. Su especificación permite que se pueda volver a iniciar un nuevo ciclo de uso.
El proceso de reciclaje del PVC ofrece una serie de beneficios significativos que ayudan a combatir el cambio climático:
- Reducción de Residuos: Evita que el PVC termine en vertederos, reduciendo la cantidad de desechos plásticos y su impacto en el medio ambiente.
- Ahorro de Energía: Reutilizar PVC reciclado ahorra energía en comparación con la producción de PVC virgen, lo que disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Conservación de Recursos: Al reciclar PVC, se minimiza la necesidad de extraer recursos naturales, contribuyendo a la preservación de estos recursos.
El proceso de reciclaje del PVC es una parte esencial de la transición hacia una economía más sostenible. Al reciclar el PVC, reducimos los residuos, ahorramos energía y conservamos recursos valiosos. Este proceso demuestra cómo la innovación y la conciencia ambiental pueden trabajar juntas para reducir nuestro impacto en el planeta y promover un futuro más sostenible.